Weon... etto... quería pedirte... emm...
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Mir Krieg Hetalia :: Continentes :: Europa :: Casas :: Rusia
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Weon... etto... quería pedirte... emm...
Miraste a todos lados nervioso, mordiéndote con suavidad el labio, cerrándote el abrigo para que el frío no penetrase más en tus huesos. Veías como el vapor salía por tu boca, mientras temblabas levemente, pero no sólo del frío, sino también de miedo.
Sí, tenías miedo... demasiado miedo, aquella nación siempre lograba intimidarte. No sabías por qué era, pero aquél sujeto, desde el año 1970, cuando fue por primera vez a visitarte a tu casa, te había intimidado.
Además estaba el gran hecho de como habías terminado relaciones con él, con un golpe militar, echándolo de tu país cuando asumió el gobierno militar - lo cual en parte había sido un gran alivio para ti, al no tener que verlo tan seguido -, pero bueno, el tema es que sentías que debías disculparte, por lo que había pasado hace tanto tiempo.
Golpeaste con suavidad a la puerta, mirando atento si alguien venía. Habías escuchado a Gilbert hablar una vez sobre un tal general invierno, que siempre rondaba y cuidaba a Rusia, pero nunca lo habías visto en persona.
Cerraste los ojos, respirando profundamente, preparándote mentalmente para ver a la imponente figura de Iván Braginsky.
Sí, tenías miedo... demasiado miedo, aquella nación siempre lograba intimidarte. No sabías por qué era, pero aquél sujeto, desde el año 1970, cuando fue por primera vez a visitarte a tu casa, te había intimidado.
Además estaba el gran hecho de como habías terminado relaciones con él, con un golpe militar, echándolo de tu país cuando asumió el gobierno militar - lo cual en parte había sido un gran alivio para ti, al no tener que verlo tan seguido -, pero bueno, el tema es que sentías que debías disculparte, por lo que había pasado hace tanto tiempo.
Golpeaste con suavidad a la puerta, mirando atento si alguien venía. Habías escuchado a Gilbert hablar una vez sobre un tal general invierno, que siempre rondaba y cuidaba a Rusia, pero nunca lo habías visto en persona.
Cerraste los ojos, respirando profundamente, preparándote mentalmente para ver a la imponente figura de Iván Braginsky.
Manuel Gonzalez- Mensajes : 44
Fecha de inscripción : 19/12/2012
Re: Weon... etto... quería pedirte... emm...
Había ido de compras toda la mañana. Había muchas cosas que faltaban en casa y como no había tenido trabajo ese día, pues aprovecho para comprar. Había pasado mucho rato peleando con un hombre en la ferretería, y con una señora en una tienda para mascotas, pero ahora volvía a casa con calma y tranquilidad.
Cuando venía de regreso había comprado unas ricas empanadas de cajeta y otras de manzana con canela, y ya podía saborearlas. Solo necesitaba llegar y poner algo de té a calentar, para acompañarlas. Seria eso, su sofá preferido, y listo. Una tarde muy buena en su opinión.
Pero grande fue su sorpresa al mirar ahí, de pie frente a su puerta a Manuel. Hacía años que no lo miraba de tan cercas, desde que lo había echado de su tierra. Cosa que aun podía recordar con claridad.
Puso su mejor sonrisa y saco las llaves de su bolsillo, parándose justo tras el para murmura.
—Permiso, da, quiero abrir la puerta para ambos.
Cuando venía de regreso había comprado unas ricas empanadas de cajeta y otras de manzana con canela, y ya podía saborearlas. Solo necesitaba llegar y poner algo de té a calentar, para acompañarlas. Seria eso, su sofá preferido, y listo. Una tarde muy buena en su opinión.
Pero grande fue su sorpresa al mirar ahí, de pie frente a su puerta a Manuel. Hacía años que no lo miraba de tan cercas, desde que lo había echado de su tierra. Cosa que aun podía recordar con claridad.
Puso su mejor sonrisa y saco las llaves de su bolsillo, parándose justo tras el para murmura.
—Permiso, da, quiero abrir la puerta para ambos.
Iván Braginsky- Mensajes : 22
Fecha de inscripción : 14/12/2012
Re: Weon... etto... quería pedirte... emm...
- ¡Ah! ¡Cresta! - Gritaste sin siquiera notarlo al sentir aquella voz detrás de ti, ni siquiera pretendías insultarlo, te libre Dios de aquello, únicamente querías hablar de él, pero ahí estabas, como siempre, fastidiando todo, al parecer.
Te corriste, dejandole el paso para que abriera la puerta, mientras movías nerviosamente tus manos. Pudiste observar que llevaba varios paquetes y fue obvio que andaba comprando, por lo cual habías estado golpeando casi cinco minutos en una casa vacía, ¿por qué nunca podías organizar tus actividades?, bueno, aquello no era nada oficial, pero sólo un weón, como solías decir, no se aseguraba que la persona que iba a ver estuviera en casa.
Cuando abrió la puerta, lo viste con suavidad.
- Etto... venía a hablar con vo, digo, contigo... - Maldijiste tu forma de hablar, por lo general los europeos no te entendían, salvó Gilbert... porque era Gilbert. - ¿Puedo entrar?
Te corriste, dejandole el paso para que abriera la puerta, mientras movías nerviosamente tus manos. Pudiste observar que llevaba varios paquetes y fue obvio que andaba comprando, por lo cual habías estado golpeando casi cinco minutos en una casa vacía, ¿por qué nunca podías organizar tus actividades?, bueno, aquello no era nada oficial, pero sólo un weón, como solías decir, no se aseguraba que la persona que iba a ver estuviera en casa.
Cuando abrió la puerta, lo viste con suavidad.
- Etto... venía a hablar con vo, digo, contigo... - Maldijiste tu forma de hablar, por lo general los europeos no te entendían, salvó Gilbert... porque era Gilbert. - ¿Puedo entrar?
Manuel Gonzalez- Mensajes : 44
Fecha de inscripción : 19/12/2012
Re: Weon... etto... quería pedirte... emm...
Soltó una risita suave al sentir su grito, y con cuidado de no botar nada de lo que había comprado, abrió la pesada puerta que tenía en la entrada principal de su casa. Era una puerta vieja que le gustaba mucho, la tenía desde siempre y no pensaba botarla solo porque era vieja o pesada.
Escucho su pregunta, y sonrió mirándolo, era esa sonrisa tan propia de él. Tan suya, casi como tatuada en sus labios, y entro a la casa dejando las llaves en un pequeño tazón destinado para eso, dejando la puerta abierta para el pequeño chileno entrara. No dijo nada mentiras se dirigió a la cocina de la casa para dejar sus compras en la mesa, ya luego las ordenaría.
— ¿Qué es lo que se te ofrece, da?— Pregunto al volver, asegurándose de que la puerta estuviera cerrada, comenzando a interesarse en la presencia del chileno en su casa. No es que le molestara las visitas, era solo que no esperaba una, y menos una de él. Era extraño, en cierta forma.
Con un movimiento de mano lo invito a su sala, una sala de aspecto rustico y muy tradicional dentro de su propia cultura (y estaba de mas que él lo dijera). Encendió la chimenea de gas, modernizada pero sin perder su aspecto imperialista.
Escucho su pregunta, y sonrió mirándolo, era esa sonrisa tan propia de él. Tan suya, casi como tatuada en sus labios, y entro a la casa dejando las llaves en un pequeño tazón destinado para eso, dejando la puerta abierta para el pequeño chileno entrara. No dijo nada mentiras se dirigió a la cocina de la casa para dejar sus compras en la mesa, ya luego las ordenaría.
— ¿Qué es lo que se te ofrece, da?— Pregunto al volver, asegurándose de que la puerta estuviera cerrada, comenzando a interesarse en la presencia del chileno en su casa. No es que le molestara las visitas, era solo que no esperaba una, y menos una de él. Era extraño, en cierta forma.
Con un movimiento de mano lo invito a su sala, una sala de aspecto rustico y muy tradicional dentro de su propia cultura (y estaba de mas que él lo dijera). Encendió la chimenea de gas, modernizada pero sin perder su aspecto imperialista.
Iván Braginsky- Mensajes : 22
Fecha de inscripción : 14/12/2012
Re: Weon... etto... quería pedirte... emm...
Cuando abrió la puerta y te dejo el paso entraste con cuidado de no botar nada, ni hacer ninguna torpeza que pudiera costarte caro.
Viste la decoración de la casa del ruso, verdaderamente era muy él, de cierta forma, pensaste observando como dejaba las bolsas con cuidado y te miraba con aquella sonrisa que muchos años atrás te hacía estremecerte cuando se aparecía por tu casa.
Cuando escuchaste la pregunta tragaste pesadamente, sin saber como responderla bien, si es que había una manera adecuada de responder aquello. Nunca habías hecho aquellas cosas antes, nunca te habías visto en la necesidad de hacerlo, ni siquiera con tus propios jefes, pero ahora sentías que debías hacerlo.
Tal vez porque el ruso era algo de tu mejor -casi único- amigo, y por eso no querías estar mal con él, la verdad no lo sabías.
Viste como comenzó a prender la chimenea y finalmente reuniste tu valor, hablándole.
- Yo quería pedirte algo... de cierta forma, Iván. - Hablaste mirando, esperando que no el ruso no mal interpretará tu respuesta, así como si quisieras algo de él.
Viste la decoración de la casa del ruso, verdaderamente era muy él, de cierta forma, pensaste observando como dejaba las bolsas con cuidado y te miraba con aquella sonrisa que muchos años atrás te hacía estremecerte cuando se aparecía por tu casa.
Cuando escuchaste la pregunta tragaste pesadamente, sin saber como responderla bien, si es que había una manera adecuada de responder aquello. Nunca habías hecho aquellas cosas antes, nunca te habías visto en la necesidad de hacerlo, ni siquiera con tus propios jefes, pero ahora sentías que debías hacerlo.
Tal vez porque el ruso era algo de tu mejor -casi único- amigo, y por eso no querías estar mal con él, la verdad no lo sabías.
Viste como comenzó a prender la chimenea y finalmente reuniste tu valor, hablándole.
- Yo quería pedirte algo... de cierta forma, Iván. - Hablaste mirando, esperando que no el ruso no mal interpretará tu respuesta, así como si quisieras algo de él.
Manuel Gonzalez- Mensajes : 44
Fecha de inscripción : 19/12/2012
Mir Krieg Hetalia :: Continentes :: Europa :: Casas :: Rusia
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