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Donde todo empezó (Esocia&NyoItalia N.) - Concurso de San Valentín

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Mensaje por Francis Bonnefoy Mar Feb 05, 2013 1:37 pm

Donde todo empezó

Las calles de Florencia suelen tranquilizar los ánimos de cualquiera. Es una ciudad hermosa con gran prestigio y turismo. Pero lo que más amo de ella es que ahí está mi corazón.

Pasar cada tarde recorriendo sus vastas calles, notar el movimiento de cada una de aquellas personas; ver sonrisas, miradas, amores y tristezas en un mismo lugar… es apabullante.

Sé que en todos lados es igual para mis iguales, pero no puedo evitarlo, amo Florencia con cada parte de mi ser: los escaparates, las tiendas, los grupos de amigos y turistas, ¡todo!

Eres una egoísta…

Me detengo unos instantes; mi sonrisa se queda fija en mis labios pero, lo que menos quiero es sonreír…

¿Por qué no puedes ser feliz con lo que tienes?

Esas fueron las palabras que salieron de mis labios hace unas horas.

¡Agradece a la vida lo que te ha brindado!

Mis labios tiemblan involuntariamente, mi vista comienza a fallarme, como si algo la nublara y aquel nudo no se ha ido del todo de mi garganta.

Tú no lo entiendes...

Es tan injusto…

¿Por qué ellos sí y nosotros…?

Esa es nuestra suerte, somos más fuertes y sin embargo…

Tengo miedo…

Nunca pedí ser esto…


Son todas tan egoístas…

Esas voces que no se van: las voces de mis iguales. Las voces que lamentan su suerte y yo sin comprender su egoísmo. ¿Por qué no pueden tratar de sonreír y agradecer lo que tienen?

— Al menos no están solos… no como yo…

Susurra mi voz con melancolía, pero nuevamente las lágrimas se niegan a salir y el nudo se reguarda en algún lugar de mi garganta. Y esa sonrisa vuelve a filtrarse en mis labios. No hay más remedio que seguir por este camino; no lo hay…

— Vas a caerte mocosa…

¿Eh? Mi rostro gira hacia la derecha, mis ojos se enfocan en dos pupilas verde esmeralda, una sonrisa torcida, unos cabellos rojos cual fuego y…

— Ese vicio solo hará que nadie más se te acerque… — esbozo una sonrisa nuevamente para saludarlo. ¿Qué haces aquí? Precisamente tú, entre todos… siempre eres tú.

— Tsk como si eso me importara… no me digas que estabas a punto de llorar…

— Ja ja ja ja quizás sí… pero no…

Así fue desde la primera vez ¿verdad? Siempre diciendo cosas fuera de lugar, y sin embargo yo…

Pero es diferente, no eres lo mismo que yo y por lo tanto no es fácil. Mejor olvidar, mejor dejar todo de lado, y sonreír, y hacer como que nada pasa y… y…

— Vamos por un buen vaso de whisky…

De nuevo tu voz me trae de vuelta ¿Cómo lo logras? Es mejor no saberlo. Te sigo con paso lento sin fijarme muy bien en lo que haces. Siempre es así, viendo tu espalda… viendo cómo te marchas.

— ¡Cierto! Sería bueno comprarles algo a los bambinis de fratello.

Mis pasos son ahora más rítmicos y alegres, lo noto por mi reflejo en los vidrios de los aparadores. No quiero detenerme a pensar en ellos, en los míos, tampoco en ti y los tuyos. ¡Esto es tan ridículo! Cuando tú y yo somos casi lo mismo; y ese casi es el que provoca que todo este mal. Y mientras finjo interesarme en algunas cosas vanas en los escaparates sigues mis pasos.

… y entonces para llamar la atención te portas brusco porque es la única forma que sabes de hacerlo.

¡Eso que importa! Pueden estar tras de mi millones. Jé!, será divertido asustar matones italianos…

Hey mocosa… Tu… Deja de estar de llorica…

Tsk sólo quería burlarme de ti… No es como si me interesaras…


Y a pesar de todas tus palabras, aun estás aquí. Por fin una sonrisa real se asoma en mis labios, y mi corazón salta y mis mejillas se vuelven cálidas. ¿Lo entiendes? Yo… no sé qué me pasa, en mi vida jamás me había visto así, como estoy en el reflejo. Con esa mirada brillante y esa emoción que se nota en mi cuerpo, reacciones que sólo tú causas y no sé cuándo ni cómo comenzó todo pero, mi reflejo…

Mi reflejo…

Mi rostro en un cuerpo ajeno, pues veo esas ropas que jamás seré capaz de usar. Ropas color crema y de dulces figuras. De un tamaño diferente a mi talla normal y que como mujer debería poder lucir. Sé que es esto lo que sientes mi amada sorella, sé que es por esto que tu voz suena egoísta y con rabia al pensar en lo que podrías tener pero te es negado. ¡Lo entiendo! Y sin embargo… sigo pensando que ésta mal lo que sientes.

— Ve… ¡vamos a comprarle algo a mis sobrinos!

Giro mi rostro hacia donde te encuentras. ¿Por qué me miras así? ¿Qué es ese rubor en tus mejillas?

Entiendo… son solo cosas que sueño porque tu semblante es el mismo de siempre y veo que te irrita el entrar en una tienda así. Un puchero se forma en mis labios.

— No tienes que entrar… pero espérame un momento ¿Si?

No espero tu respuesta pues no la necesito. Sé que estarás ahí cuando salga cargada de cosas lo sé.

Tantas cosas hermosas, pequeñas y llenas de una ternura que nunca me imaginé, me acerco a cada ropita, juguete o novedad. ¿Qué les podría llevar? Hace un tiempo que no les veo y no sé qué les quedaría bien. Me acerco a un muñeco que está en una estantería; al tomarlo entre mis brazos una de las empleadas se me acerca con una sonrisa real en los labios.

Me explica tantas cosas, que aprendo con una emoción inimaginable. Es tan bello todo lo que me cuenta, que unas ansias se apoderan de mi ser, las mismas que tiene mi sorella he de suponer. Pero es que lo entiendo, entiendo lo que es añorar algo que no puedes tener, algo que deseas poseer con la persona amada y que jamás podrás darle.

No es importante

Me repito una y otra vez. Está mal desear algo que no tienes. Agrádece lo que la vida te ha brindado.

Al salir ahí estas, como siempre fumando otro cigarrillo. Mi corazón se agita al cruzar un pensamiento por mi cabeza y sin dudarlo dos veces me acerco a ti, aun con las manos llenas de bolsas con distintos artículos.

— Perdona la espera pero… ¡te pille!

Exclamo con diversión quitando aquel cigarrillo de tus labios y corriendo hacia el que siempre es nuestro lugar de encuentro.
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— ¿Qué hace este bastardo en mi casa?

Fratello siempre es así. Pero eso no importa, España me ha prestado al pequeño Angello y es tan adorable que no puedo evitar acercarme a ti para que le veas. Ignorando las ansias asesinas de mis hermanos, tan sólo observo a ese pequeño ser en mis brazos.

¿Qué sentirá Chiara cuando lo ve? Cuando tiene a ambos en sus brazos. Por muy estúpido que suene son también de ella, pues es la secundaria nación del Sur de Italia así que, si veneciano tuviera uno, ¿yo como me sentiría? Los pensamientos desaparecen de mi mente cuando ese pequeño ser se evapora de mis brazos.

— ¿Scott? ¿Q-qué h-haces?

Un sonrojo se apodera de mi rostro al sentir tus manos sobre mi cintura y luego simplemente caigo sobre tu hombro de una forma francamente inadecuada.

— ¡B-bájame!

Exclamo con verdadera vergüenza, no puedo escuchar lo que Romano habla contigo porque estoy muy ocupada tratando de bajarme de tu hombro. Y es que ¡Todo está de cabeza!
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— ¡SCOTT KIRKLAND BAJAME YA!

Por fin te detienes, después de muchos minutos de caminata; creo que fratello dijo algo sobre la mafia pero estoy tan mareada que… y nuevamente siento como tus manos me toman con una delicadeza inimaginable. Mis pies nuevamente están sobre tierra firme pero todo ese movimiento me ha dejado francamente mareada. Mis manos se posan sobre tu pecho para buscar algo de equilibrio y recuperar fuerzas. ¿Cómo aguanta Feliciano que lo cargue así Alemania?
Cuando por fin regresa mi equilibrio mi rostro se alza para ver el tuyo.

— ¿Qué diablos te pasa? ¿Por qué hiciste eso? Diablos mi fratello se enfadó mucho. Bueno ya tendré que hablar con él y entonces…

Tu mirada es seria. Nunca te había visto así antes. ¿Estás molesto? Yo debería estar aún más molesta contigo por todo lo que hiciste y… y tu mano se posa sobre mi cabeza, acariciando mis cabellos con ternura.

¿Por qué me miras así? ¿Por qué tus labios forman una sonrisa extraña? ¿Por qué siento que mi corazón se agita? ¿Por qué estás aquí conmigo? Cuando podrías estar con cualquier persona, en cualquier otro lugar y no soportar los caprichos de una mocosa que…

— Mentirosa… eres una maldita mentirosa. Sonríes como estúpida cuando sabes muy bien que los odias; eres tan abnegada que das asco, deja de lamentarte por esas estupideces, deja de auto engañarte y…

— Esta bien, sé que es frustrante para ti pero… ¡así soy! N-no q-quiero… causarles problemas — mi voz se entrecorta y las calles parecen tan sombrías — no tienen p-porque s-saberlo…

— ¡BASTA!

— Pero es verdad… sólo soy algo que tiene un fin, el de vivir para proteger a la nación principal por eso yo…

Mis parpados se abren a todo lo que dan por la sorpresa, un cosquilleo inesperado surge en mis labios y recorre mi cuerpo hasta la base de mi abdomen, es como si un nerviosismo inesperado se instalara ahí. ¿Por qué tu…?

Me hace falta la respiración cuando siento como tus labios se mueven sobre los míos provocando que ese cosquilleo suba y baje en mi cuerpo. Tu mano se posa sobre mi cintura, las mías se aferran a tu camisa con un tenue temblor que nunca había sentido. Por fin cierro mis ojos, aunque sea un sueño, aunque sea un instante yo quiero…

Siento algo cálido y húmedo sobre mis labios; mi ser completo tiembla y ¿Ese martilleo en mis oídos es mi corazón? Mis labios se entre abren con la necesidad de saber, de sentirte y ser contigo.

Con lentitud mis manos suben hasta tus hombros y llegan a posarse en el cuello para atraerte más hacia a mí. Y ese ósculo es… no puedo explicarlo, siento tantas cosas con el rose de tu lengua en mi boca… tu sabor es el del whisky, un licor reposado y con cuerpo, como ya me habías mencionado. Así sabes pero también es suave y al mismo tiempo me marea, me hace falta la respiración y no quiero dejar de surtirte, de temblar entre tus brazos de sentirme completa…

¿Por qué lo haces? ¿Es lástima?

Trato de separarme de ti al pensar en esto último y no puedo, tus manos se aferran a mi cintura con una fuerza que quema. Y tus labios danzan con una fiereza de la que no tenía conocimiento. ¡Me asfixia! Esta sensación, sentir que…

Deus… An hoc fieri potest? Che non é un sogno per favore…

Fuerza, fuego, desliz, son tantas cosas… ¿Sorella tú las has sentido con Isabel? Y de nuevo tan sólo un toque, y un suspiro sale de mis labios. El bendito aire regresa a mis pulmones y no puedo, no me atrevo a mirarte a los ojos. ¿Fue un error? ¿Qué es lo que esperas de mí? ¿Por qué aun no te has alejado? ¿Por qué no dices nada?

Los segundos parecen eternos al esperar tus palabras. Mi rostro se alza para observarte porque la curiosidad es mucha y por mucho que quiera huir tú… no me has soltado.

Tú mirada fija sobre la mía y el color en mis mejillas sube al notar cómo te tengo agarrado. Y mi cuerpo no responde ¿Te pasa a ti? ¿Por eso no me has soltado?

— Si quieres llorar esa bien… así de llorica eres mocosa. Pero que no sea frente a nadie más ¿me oíste? ¡Tsk! Eres tan molesta…

¿Llorar? ¿En qué momento comencé a llorar? Ahora puedo sentirlo en mis mejillas gracias al aire que nos rodea pero, ¿por qué dices eso?

— Sí que eres tonta. No te permito que hagas estas estupideces si no estoy YO contigo…

Mis mejillas acumulan aún más sangre de la que ya tenían y una pequeña sonrisa se forma en mis labios.

— Una dolce melodía di fantastico sogno ed in mezzo alle languide poesie, della diafana pioggia tu mi regalavi.

Tus mejillas se tornan de un color rosado. Mi corazón palpita y se llena de regocijo.

— D-deja de fantasear…

Tus manos por fin me sueltan y debo dejarte ir. Ah…l'amore immortale in quegli attimi di eterne promesse.

— ¿Qué esperas? ¡No volveré a cargarte mocosa! — murmuras dándome la espalda. ¿Por qué tan agitado? ¿Por qué no me das la cara? ¿Por qué…?

Y sin pensarlo, sin preverlo tomo tu mano con valentía. Tengo tanto miedo, tanto que quiero salir corriendo.

Sorpresa la mía, cuando presionas mi mano, y jalas de mí hacia aquel lugar.

Ese lugar donde todo empezó y donde todo sigue su curso.
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Notas:

Deus… An hoc fieri potest? – del latín: Dios ¿es esto posible?

Che non é un sogno per favore… – del italiano: Que no sea un sueño, por favor

Una dolce melodía di fantastico sogno ed in mezzo alle languide poesie, della diafana pioggia tu mi regalavi – del italiano: Una dulce melodía de fantástico sueño, y en medio de la lánguida poesía, la diáfano lluvia que tú me regalaste
l'amore immortale in quegli attimi di eterne promesse – del italiano: el amor inmortal, en esos momentos de promesas eternas
Francis Bonnefoy
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