Té o café (Libre)

Y mira qué reunión aburrida a la que había ido a parar. Ya llevaban horas y horas sentados en aquel salón redondo en el que no parecía que las naciones pudiesen ponerse de acuerdo jamás. ¿Que no se cansaban de discutir sobre esos temas tediosos que no tenían fin? Economía, seguridad, globalización, desarrollo y blah, blah, blah. Nunca terminaba la lista de "asuntos a tratar" en la ONU y eso la traía de malas a Kadi, que no veía la hora de salir a tomar aire o simplemente estirar las piernas.

Por suerte, allí donde iba a caer dormida de tanto escuchar los discursos por duplicado de la boca de los traductores el reloj dio las 16, y esta vez no hubo un solo país que no ratificase el acuerdo implícito que señalaba la hora de la merienda. Más feliz que en Año Nuevo, Sierra Leona saltó de su silla como impulsada por una patada eléctrica y se encaminó enseguida hacia la barra donde esperaban los tentempiés. Había una única cosa que había notado mientras el servicio de catering preparaba la mesa dulce y era un par de jarras idénticamente tentadoras. Humeantes y bien lustradas, había deducido con tal de mantenerse despierta que una contenía té y la otra café. La única diferencia yacía en el papelito que asomaba de la que tenía a su derecha, que indicaba cuál guardaba la bolsa de hierbas con la que se hacía la primera infusión.

Rápida como un rayo, Kadi no se lo pensó dos veces antes de darle un tirón al hilo del que colgaba la etiqueta y cambiarlo, en un descuido de los camareros, a la otra. Ya bastante lo había meditado durante la reunión y la sonrisa peligrosa que se le enfiló en los labios una vez lo hubo hecho no podía indicarle más que una cosa: había sido una buena idea. Ahora solo restaba divertirse a costa de las reacciones del resto cuando les sirvieran la bebida equivocada

Y luego de una larga reunión por fin llamaron a que comiéramos algo.
El teme de este día era el calentamiento global. De hecho el principal problema del calentamiento global era Estados Unidos, aunque este quisiera arreglarlo y quedar como un héroe. Todos sabíamos que era una tontería, pero es tan pesado que termino haciéndola.
De todas formas no llegamos a ningún acuerdo y muchos de los países estuvieron peleando toda la reunión. Creo que no lograre entender su gusto por pelear en estos tiempos modernos.

Finalmente me acerque acia el lugar donde habia una jarras con bebida.
¿Queres un poco de café Egipto? Le pregunte, ya que el estaba al lado mio.

Jujuju, ¿así que ellos serían sus primeras víctimas? No habían pasado ni tres minutos de que llevara a cabo su maniobra, pero allí iban hacia la barra un hombre de piel morena y una niña de ojos marrones. "Directo a la trampa", pensó gustosa Kadi, que se había servido una taza de café de la jarra correcta y los observaba apoyada de espaldas contra la mesa de los dulces. Eran Egipto y Qatar, ¿cierto? De algo le sonaban aquellos dos y apenas si le llevó unos instantes dar con la respuesta al tiempo que mojaba en su taza una medialuna. Se había encontrado con ellos en las playas de India no hacía mucho, en una ocasión en la que había asistido a una reunión de ex-colonias piratas, digo, británicas.

Y hablando de Londres, ¡parecía que se había sacado el premio mayor! No esperaba encontrárselo tan pronto, mas no le cabía duda de que aquel cejón era el infame Arthur Kirkland, el caballero que no se salteaba la hora del té ni para traficar esclavos. Se había hecho con la jarra que llevaba café y se había servido con confianza. Jujuju, ni que lo hubiera planeado. A juzgar por su expresión, la reunión le había crispado tanto los nervios que le habían entrado ganas de adelantarse a las 17, y Sierra Leona no era quién para oponerse, con lo mucho que pensaba reírse si el inglés llegaba a darle un trago a su bebida antes de descubrir el engaño. La sola idea le hacía tanta gracia que tuvo que contener una sonrisa mientras lo miraba desde su lugar. No podía echarlo a perder así sin más, por no reprimir la mueca taimada que le salía de adentro al ver su plan desarrollarse a la perfección.

-Yo tomare café también- Conteste momentáneamente mientras servia dos tazas de café. Le tendí una a Egipto y fui  sentarme una de las mesas.
Justo al lado estaba Inglaterra, y del otro lado la pequeña Sierra Leona.
-Inglaterra ¿Que estas tomando?- Le pregunte al cejon, que por cierto estaba cansado de tanto pelearse.

"Contente, contente, contente" No importaba cuánto se lo repitiese, los labios se le iban curvando en una sonrisa de todas formas mientras observaba a Inglaterra llevarse la taza a los labios. Era inevitable, sin importar que la estuviese mirando Egipto, porque en su mente podía ver la escena en cámara lenta y cada segundo que el británico pasaba sin descubrir el ardid la acercaba más y más a la culminación de su plan maestro. Probó, mientras hablaban, tomar un trago de su propia bebida, con una puntería tal que no llegó a terminarse ni el café ni la medialuna antes de estallar en una sonora carcajada que por poco y le hace volcar lo que le quedaba de infusión. ¡El pirata había caído!

—¡Jajajajajaja! —rió sin poder evitarlo y se rodeó el estómago con un brazo, tentadísima por la tremenda cara de disgusto del inglés— Jajajajajaja —continuó en la suya al tiempo que el anglosajón se limpiaba los labios con un pañuelo y buscaba glacial al responsable. ¡Qué le importaba ya si la encontraba cuando había sido testigo de semejante reacción! La expresión del británico había sido mil veces mejor de lo que esperaba y tan satisfecha la había dejado que no se había ni fijado en si el resto había caído también o no. "¿Quién ha adulterado el...?", ¡había preguntado! ¡Después de beber café recién se había dado cuenta de que no era su amado té!

—Jajajajaja —si seguía desternillándose así lloraría de la risa. Ya le estaba faltando el aire y no había podido observar ni el efecto global que había tenido su travesura.

Sí...ellos hacen un real escándalo cuando se trata de que les presten atención
Vi que Egipto estaba mirando Sierra Leona.
Es Sierra Leona ¿No la recordabas?
Luego de quejarse y explicar lo bueno que era el té Inglaterra lo llevo a la boca y escupió instantáneamente ¡Era café! Miré mi tasa y luego la de Egipto, ambas contenían té
¿Pero que...? Exclame sobresaltada mientras me acercaba lentamente hacia Sierra Leona, la cual  estaba riéndose a mas no poder Mas vale que tengas una buena razón para esta broma chiquilla Le dije en un tono firme pero amable, con una sonrisa pero molesta

—Jajajaja, ¿disculpas por qué? ¿Por divertirme? Jajajaja, tendrías que haber visto tu expresión, jajajaja —respondió Kadi a las naciones que se le habían acercado y se pasó una mano bajo los ojos, pues de tanto reírse se le había caído una lágrima o dos— Ni buenas razones ni malas intenciones, ¿cómo es que hoy en día nadie puede tomarse una broma como tal? —preguntó luego de recuperar el aliento y se tomó de un trago lo que le quedaba del café antes de dedicarles otra mirada y notar que la musulmana y el inglés se veían realmente molestos.

—Oh, vamos, que no ha sido para tanto. ¿Represalias? ¿Por cambiar de lugar la bolsita del té? Ya quiero ver al caballeroso Reino Unido empezar una guerra por eso —dijo burlona y se metió en la boca lo que restaba de la factura, para dejar la taza sobre la mesa justo a tiempo para oír el siguiente comentario del británico— ¡Oi! ¡Si ser una nación incluye ser un estirado, yo paso! —exclamó herida y tragó como pudo la medialuna, que aún tenía en la boca cuando había empezado a hablar— Tú apenas si te acuerdas de mi nombre y aún así me vienes a reprochar.

—Además, —probó cambiar de táctica con un suspiro y sonreír una vez más— Si volteas ahora, verás a Francia escupir su caféee~ —sugirió melodiosa tras recuperar la compostura y lo codeó con complicidad, guiñándole un ojo a los árabes con la esperanza de mejorarles el ánimo o, al menos, no dejarse llevar ella por sus malas vibras ahora que otra gente caía en su plan.

N/U: Holaaas. Perdonen la demora, olvidé avisar que me iba de vacaciones ^^U

Suspiré. En cierto punto era una ventaja para ella que Inglaterra me hubiera educado en que mi código no servían para todas las naciones, de lo contrario ella estaría siendo latigada o quemada por agua caliente.
Sonreí al pensar eso y recordar los tiempos en los que tenían su merecido, aunque por suerte  ese código seguía manteniéndose en mi país.

Oír como hablaba Sierra Leona me recordaba a mis épocas antiguas cuando fui colonia Otomana y de Bahrein.
Podrías seguir más mi ejemplo que el del Reino Unido Le contesté un poco riendo al pensar que me recordaba en ella. Aunque obviamente yo era más maduro.

Mientras ella sobornaba el animo de su colonizador yo me dirigí a Egipto.
Deberíamos ir a cambiar este té por el café real
Dije y me dirigí hacia donde estaban las jarras.

PD: No te preocupes. Ahora el foro va a revivir