El Resultado da Igual [Libre]

por **Im Hyung Soo** Sáb Mar 09, 2013 1:15 pm

Si alguien conocido lo sorprendía merodeando en los bares, seguramente su imagen de él empeoraría, hasta volverse más detestable de lo que ya era. Más aún, ese día parecía estar de suerte. Ninguna cara familiar se avistaba por los alrededores, así que podría beber tranquilamente.

Desde hace algún tiempo la comodidad y privacidad de su hogar comenzaba a aburrirle. Vaciar botellas de Soju solo, sin nadie con quien charlar ni compartir la bebida, era un panorama mucho menos que desalentador.

Y aunque temía ser descubierto por alguna persona no adecuada para enterarse de su afición al licor, no parecía una mala idea comenzar a frecuentar en bares donde, seguramente más de alguien en la misma situación que él hallaría. Siempre y cuando no se tratara de alguno de sus enemigos.

Sigiloso, se acercó a la barra, tratando de apartarse lo más posible de la puerta. Leyó la carta y la lista de precios, encontrándose con que, desafortunadamente, no servían los licores y marcas que existían en su casa. Lógico.
Finalmente se decidió por el vodka.

Le restaba esperar a que el local comenzara a llenarse un poco más, y claro: ser atendido.

por **Gilbert Beilschmidt** Sáb Mar 09, 2013 2:15 pm

Lentamente iba caminando por las calles. Se había abrigado bien y se había asegurado de dejar a su pequeño amiguito en casa, pues era demasiado pequeño para ir al bar al que él iría.

Hace mucho tiempo que pasaba sus noche así, yendo a bares, sin que a nadie le importase demasiado a donde iba. Su pequeño West siempre parecía estar ocupado, cosas sobre ser un país, le decía siempre sin pensarlo siquiera, si pensar que él ya no era en si un país nunca más.

Sólo era Gilbert Beilschmidt, un ser que por algún capricho del destino, no había desaparecido cuando su tiempo había llegado, como había pasado con grandes imperios antiguos. A veces se preguntaba que seguiría haciendo en aquel mundo, que ya no le pertenecía por ningún motivo, pero después sólo negaba aquella pregunta con suavidad en su mente y volvía a los que siempre decía sus asombrosos asuntos.

Pensando aquellas cosas entró al bar, dirigiéndose directamente a la barra. Sabía que era extraño encontrarse con otro país ahí, o bien que otro país que no fueran con los que más había pasado tiempo, lo reconocieran. Aquello no sonaba genial, como solía decir siempre, pero a estas alturas, cuando sólo quería beber un tragó, le daba igual que no lo reconocieran.

Se sentó y pidió rápidamente una cerveza, con su eterna voz pesada y diciendo cosas como que era geniales, sólo para que nadie dudase de su condición actual ni de sus pensamientos. Se había hecho la fama de ser un estúpido egocéntrico, ¿por qué cambiar aquello ya?

por **Im Hyung Soo** Sáb Mar 09, 2013 5:19 pm

No tardaron en atenderlo. Pidió, además del vodka, un acompañamiento ligero: surtido de frutos secos, colocados en un platillo de baja altura.
Después de todo: beber con el estómago vacío era poco recomendable.

Llegó alguien al bar, y se sentó a la barra.
Un albino.

Vaya...

No todos los días se podía encontrar con uno. Supuso que entonces ese día era más especial de lo que ya se había propuesto al salir a beber fuera de casa.

Si tan sólo contara con una cámara...

Pidió cerveza. Por su acento pudo adivinar que difícilmente se trataría de un asiático.
En seguida, el mesero aprontó a traer las órdenes de los que parecían ser los únicos ocupantes del bar.

— Veamos...— revisó sus muñecas. No había traído reloj. Y en las paredes del bar no se visualizaba ninguno que pudiese servirle como referente. Debía calcular a qué hora debía irse del lugar si quería llegar en buenas condiciones a su casa, y en lo posible, no tener que pagar la elevada cifra de un taxi — Eh... disculpe— llamó al otro ocupante de la barra del bar — ¿Qué horas tienes?

por **Gilbert Beilschmidt** Sáb Mar 09, 2013 5:50 pm

Se había acomodado bien, viendo a su alrededor que el bar estaba algo vacío. No le importo mucho, pero una vez llamo su atención. Vio como un chico asiático le pedía la hora. Sonrió con suavidad, estaba seguro que ese chico era Corea del Norte, no olvidaba tan fácil a los países.

- Claro - Con cuidado sacó un viejo reloj de bolsillo, que tenía el escudo prusiano grabado en él, aquél reloj había sido del Viejo Fritz y había quedado en sus asombrosas manos, cuando Fritz había muerto. - Son las ocho, aun queda mucho de la noche, kesesese~

Se rió a su peculiar manera, era algo siempre salía de él, aunque claro, no podía evitar sentirse mal de que aquella nación no lo conociera ni nada de aquello.

por **Im Hyung Soo** Sáb Mar 09, 2013 6:17 pm

Las ocho. Posiblemente dentro de dos horas ya la locomoción sería más escasa y costosa, así que debía tomar precauciones y cuidar de no delpilfarrar lo que traía consigo.

— Gracias, tío- ¡¡MIERDA!!

De un respingo, cayó de espaldas de su asiento.

¡¿Por qué, por qué?! ¡No quería encontrarse con nadie conocido esa noche, que lo viese bebiendo! ¡Seguramente luego muchos rumores se inventarían en base a ese desafortunado encuentro! Como que le encantaba frecuentar sitios "de mala muerte", y posiblemente después añadirían cosas como que lo vieron en compañía de una mujer, o que le vieron excederse en las copas.

Y era su primera vez en el bar...

Bueno: quizás se trataba de un albino cualquiera. Un albino de ojos rojos, como el que acudía a las juntas de la ONU siendo, en más de una ocasión, tildado como un ermitaño sin hogar, y que seguramente reconocería su cara de tratarse de él. Quizás estaba exagerando, y fuera un hombre que, como él, sólo quería un trago.

Pero sabía que estaba engañándose. Porque esa risa era imposible de olvidar.
La había escuchado en más de una junta en días pasados, y posiblemente, de forma conjunta a su carcajada, el rumor de que el distinguido Brigadier Im Hyung Soo tenía una enorme debilidad ante la bebida.

Levantó la vista. Comprobó la fatalidad que tanto temía.
Era uno de sus colegas de la ONU, representante de una nación (o ex-nación), y seguramente él también se habría dado cuenta de quién era él.

— O-ostia...— se quejó, levantándose del suelo — Disculpe el grito... Buenas tardes— saludó como se debía al conocido -únicamente a simple vista-, ignorando otros detalles como su nombre y procedencia exacta — C-c-coincidencia encontrarlo aquí...

por **Gilbert Beilschmidt** Sáb Mar 09, 2013 6:31 pm

Se sorprendió completamente al ver el gritó del muchacho, ¿qué mosca le había picado? era como si hubiera visto un fantasma o algo así...

Lo vio como se incorporaba y su trato comenzaba a ser formal, río con suavidad, suponiendo que ya había notado quién era... es decir, ¿cuantos albino de ojos rojos y acento alemán podrían haber en el mundo?

- Tranquilo, kesesese~ no debes estar tan tenso, ¿sabes que otros considerarían que no es asombroso? - Lo ayudó a incorporarse bien, tendiéndole la mano. Intentó pensar que le había afectado tanto al chico y, según supuso, fue que no quería que ningún país lo viera en un bar. Tal vez porque quería cuidar su reputación o algo así, cosas que no entendía, su asombrosa persona, como siempre solía decirle a los demás, también iba a bares, incluso el cuadrado de su hermanito. - No diré que estas en un bar a nadie, cálmate. Soy Gilbert, asombroso gusto de hablarte.

por **Im Hyung Soo** Sáb Mar 09, 2013 10:50 pm

Aceptó su ayuda, y se afirmó de la muñeca del hombre. Hubiese sido incómodo tomarle la mano. Poco masculino, según su parecer. Se ayudó de la tracción de su brazo para recuperar totalmente el equilibrio y el decoro de su postura, y volvió a sentarse a la barra.

— Ugh... la verdad es que me ha tomado desprevenido...

Suspiró, aunque muy lejos de hacerlo con alivio.

— Soy Hyung. El placer el mío— respondió casi mecánicamente — Menudo rollo ¿No? Ya creía que ibas a salir gritándolo, o lo ibas a publicar en alguna red social... quizás hasta colgar fotos en algún sitio donde todos los de la ONU pudiesen verlo.

Ya había asumido de quién se trataba. Y agradecía que pareciera no tener intención aparente de molestarlo o sacar provecho de haber encontrado a su casi intachable persona en un sitio donde la vulgaridad y los malos comportamientos eran pan de cada día, en su mayoría potenciados por el consumo de bebidas.

No lo conocía personalmente, y quizás fuera ésta la ocasión de hacerlo.

— Eh... ¿Viene a menudo por aquí?

por **Gilbert Beilschmidt** Sáb Mar 09, 2013 11:16 pm

Lo que el chico dijo sonó a algo que normalmente harían Estados Unidos, para fastidiar con sus troll de internet o cosas así, o bien Francia, pues era conocido por ser un paparazzi.

- Siempre vengo a los bares, soy un alemán, me gusta beber. Así que no te preocupes, no subiré nada a facebook ni ninguna de aquellas cosas. - Le sonrió, cuando el camarero llegó con sus pedidos y vio como la nación tenía Vodka. - Me recordaste a Iván, siempre bebé vodka. - Se rio a su peculiar manera y bebió un poco de cerveza, observando al muchacho. - Siento que no sabes quién soy, Corea del Norte.

Era normal aquello para él, que no recordasen quién era, sólo era tachado como "el hermano de Alemania" o en otro caso "El molesto idiota engreído", pero debía acostumbrarse, la última vez que tomó un libro de historia, ni siquiera aparecía su nombre en más de dos párrafos.

por **Im Hyung Soo** Sáb Mar 09, 2013 11:34 pm

Sabía que frecuentaba en las reuniones de la ONU en compañía de personas que poco les faltaba para ser tan blancas como él. Cabellos rubios platinados y ojos claros en un sector de la mesa, que en una especie de cómico degradé, pasaban por los rubios más oscuros, y al llegar hasta cierto punto de la mesa, ya las pieles comenzaban a ser más oscuras, al igual que los cabellos, y así: hasta llegar a los representantes de los países africanos.

Era también muy gracioso hacer el recorrido de dicha escala de colores en reverso. Como una suerte de "Línea de Evolución" -una forma algo racista de verlo-, o una paleta cromática en carne y hueso.

— Oh, ya veo. Alemania...— pero ¿No había ya un representante de Alemania? Bueno, todo tenía su explicación.

Bebió algo del vodka que el mesero había dejado cerca suyo. La mención del ruso lo trajo de vuelta a la conversación.

— Fui su discípulo. Viví exiliado en la Unión Soviética tres años, antes de poder declararme una nación libre [1]. Supongo que convivir con él me hizo adoptar alguno de sus gustos y costumbres, y me he encargado de mantenerlos vivos a través del tiempo.

En seguida, esbozó una sonrisa que dio por afirmada la declaración de Gilbert.

— Está en lo cierto. Si me concede el honor de darme detalles y sacarme de ciertas dudas, lo agradeceré mucho...

Spoiler:

por **Gilbert Beilschmidt** Sáb Mar 09, 2013 11:51 pm

Sonrió al escuchar que el chico había vivido con el ruso, a veces pensaba que la mitad de Europa y parte de Asia lo había hecho por un tiempo, pero todos habían terminado dejando al ruso solo.

- Soy un hombre muerto caminando, Hyung. - Se río con suavidad, recordando que no era más que un "muerto" en este mundo, sólo aquello.- Mi hermano es Alemania, yo soy Prusia, no me extraña que no conozcas a mi asombrosa persona, kesesesese~...

Aunque se rió vio el liquido ámbar con cierta nostalgia por sus días de gloria pasado.

- Fui un país hasta que termino la segunda guerra, después de aquello los aliados llegaron a la decisión de que yo no seguiría siendo un país... castigo de guerra, supongo, era demasiado conflictivo para ellos, supongo, kesesese....

por **Im Hyung Soo** Dom Mar 10, 2013 12:04 am

Ladeó la cabeza, confundido.

— ¿Un...? Ah.

Desvió la vista.

— No eres el primero que conozco y le pasa algo parecido. Mi padre pasó por lo mismo cuando su poder decayó, y sus mismas víctimas del pasado se encargaron de darle un humillante lugar en el encierro y las prohibiciones. Considérate afortunado de no ser mi padre.

Así, pues, por lo menos seguía existiendo y era libre de transitar por el mundo en que había sido destinado a habitar junto a todos los demás.

— Dime, aunque ya no sea nación... ¿Aún tiene regalías como nuestra "casi-inmortalidad", o los dotes sobrehumanos que a veces parece que se nos han concedido? Simple curiosidad.

Supuso que, por muchas atribuciones que se le pudiesen haber arrebatado como país, había ciertas cosas que por muchos decretos que se firmaran y muchas juntas congresistas que se convocaran serían inamovibles de su ser.

por **Gilbert Beilschmidt** Dom Mar 10, 2013 12:18 am

Escuchó atentamente al chico, recordando a los mongoles. Aun se hablaban de ellos, según le contaba Manuel cuando les decían que en los libros aparecían aún quienes habían sido.

Cuando el joven preguntó dio un largo tragó a su cerveza, para después observar al asiático.

- Tengo todas esas cosas - Susurró con suavidad. - Pero al menos a tu padre lo recuerdas tú, ¿no?, además de que aún se habla de él en los libros de historia que leen los humanos. - Sus ojos, normalmente rojizos estaban de un color gris. - Nadie me recuerda, kesese... supongo que ese fue el castigo de los aliados, dejar de ser una nación, dejar de existir, y mantenerme vivo, para ver como me olvidaban a los pocos años.

por **Im Hyung Soo** Dom Mar 10, 2013 12:43 am

Bufó, entre divertido y desganado.

— ¿Está de joda? Pero si lo único que lo hace memorable son sus saqueos y destrozos en sus siglos de oro. Hoy en día, lo único que encontrarán en mi padre es un sujeto cuya única diversión es criar ovejas, cabalgar y relatar sus glorias pasadas y hablar de fantasmas. Encima vive en una yurta y casi como un nómade. Creo que lo que menos podrías encontrar en él es algo de cordura.

Carcajeó. Algo de desdén pintaba su voz.

— Aunque hay que darle crédito: muchos europeos orinaban sus finos pantalones de seda de sólo oírlo. Y a saber a cuantas mujeres chinas desvirgó, luego de allanar sus casas. Supongo que todos somos finalmente la suma de nuestras experiencias, y lo que prevalecerá en la boca de otros es, finalmente, lo que hayamos hecho para marcar sus vidas.

Dio un largo sorbo a su vodka. Hace mucho no lo bebía. Un raro escozor, como el que sintió la primera vez que se atrevió a sorber de él en casa de Iván, se evocó en una sensación que pronto desapareció, o mejor dicho: se trasladó hasta su estómago.

— Hasta donde sé, los enfrentamientos franco-prusianos son aún un elemento de estudio muy potente en Occidente. Sobretodo para quienes se preparar para hacer la guerra ¿No os parece suficiente, tío? Si dices que te han olvidado, has desmerecido a centenares de historiadores y escritores que se han hecho una buena pasta escribiendo sobre tus estrategias y glorias pasadas.

por **Gilbert Beilschmidt** Mar Mar 19, 2013 8:22 pm

El albino lo escuchó atentamente, jugando con el contenido de aquel vaso de cerveza, que iba por la mitad. ¿La suma de las experiencias de cada uno?, sus experiencias habían sido olvidadas ya. Se sabía que era un gran militarista, pero siempre aquel titulo se lo daban a su pequeño hermano West, aunque no le importaba fortalecer la fama de Alemania con algo así, de hecho lo encontraba algo bueno, pero también quería velar por su caso.

Escuchó con suavidad lo de la guerra franco-prusiana y sonrió con suavidad. Sentía que era lo único que recordaban, y a medias a decir verdad.

Un día se había tomado la molestia de leer uno de los libros de historia con los que se enseñaba en el país de Manuel, sorprendiéndose al encontrar sólo aquello y a medias, poniendo a penas que él había participado en la unificación de Alemania y en la unificación de Italia.

- No desmerezco su trabajo, eso no sería sorprendente de hacer, porque se dan el trabajo de averiguar todas aquellas cosas, sólo digo, se resumen en la guerra que tuve con Francia, pero sólo aquello, nadie sabe más de mi, nadie recuerda mucho al Viejo Fritz, sólo los alemanes y los historiadores, pues aquello es donde esta mi vida, pero dentro de poco seré un rumor más, un rumor asombroso, pero que no estará completo... - Dijo todo aquello con sus ojos, normalmente rojizos, tornándose de un gris opaco, casi llegando a negro.

por **Im Hyung Soo** Miér Mar 20, 2013 10:32 pm

Tras rodar sus ojos, un bufido de exasperación brotó, como un silbido desde su boca.

— Pues si por algo te recordarán, no será sólo por eso. Nunca había visto a alguien tan acomplejado por una existencia que cree vacía, desmereciendo sus propias acciones en el pasado y su trascendental huella en el futuro, o mejor dicho: el presente que hoy vivimos. Acabas de dar nombre a un nuevo y emblemático caso de Baja Autoestima, desde ahora conocido por mí como el "Síndrome Prusiano" ¿No mola?

Saboreó sus palabras, mezclándolas junto a un largo sorbo de vodka con el que llenó su boca.

— No soy ningún médico. Ignoro las anomalías de la mentalidad semi-humana de las naciones, pero si algo puedo recetarte para atender ese mal es que dejes de creer que haber desaparecido del mapa te hará salir de la boca y los intereses de quienes te rodean, o sintieron tu fuerza en un pasado no muy lejano, puesto que ahogarte en un vaso de agua sólo te llevará a más complejos y penurias de las que tú mismo podrías soportar.

Eso, y distracción prolongada hasta sentir sus efectos. Que te vendría de maravilla invertir todas esas tardes de filosofía auto-destructiva en algo más productivo, como trabajar en tus proyectos de vida y relaciones sociales en una condición más humana, con la regalía de tu semi-inmortalidad como país... o "estado no reconocido", mejor dicho.

Dejó su recipiente con vodka a una distancia apartada de la mano con que había estado ciñéndolo. Volteó en el asiento que lo ponía ante la barra, y apoyó ambos codos en el tablón.

— Si dejas que tu vida se vaya en el pasado, no tardarás en desaparecer de forma definitiva. El paso del tiempo nos implica madurar y adaptarnos, sino, nos quedamos atrás y nos transformamos en fantasmas de quienes fuimos tiempo atrás. Si te das una nueva oportunidad, le darás sentido a tu vida nuevamente. Pero todo inicia por deseo y voluntad propios. No por coincidencias ni alineaciones astrales que hagan tu vida cambiar desde la nada. Podrías incluso comenzar por volverte importante en la vida de alguien. No es tan difícil si te lo propones y realmente lo quieres.

por **Gilbert Beilschmidt** Sáb Mayo 18, 2013 3:45 pm

El albino escuchó atentamente y cuando la nación North Koreana termino su largo discurso, no pudo evitar comenzar a reírse con suavidad primero, para luego comenzar a reírse un poco más fuerte, sin llamar la atención de los comensales en el bar.

- Scheiße... - No podía evitar reírse, aquella era la verdad, aquello era lo que había necesitado hace años, aquello era lo que le había faltado. Unas palabras así de fuerte, que lo golpeara como una bofetada, para traerlo nuevamente a la realidad.

Es verdad que hace años muchos ya no lo recordaban. Se había vuelto nada más que un rumor. Su asombrosa persona había pasado a ser un rumor, pero a decir verdad, había dejado legados en su historia. El más grande de sus legados había sido su pequeño hermano, Alemania... al que había cuidado y protegido desde hace mucho siglos.

- Supongo que mi asombrosa persona debe darte las gracias, Hyung. - Se río bebiendo de su cerveza, mirando los licores en la barra. - Necesitaba que alguien me dijera todo eso en la cara, kesesese...

La verdad es que sí, podía hacer muchas cosas y eso era verdad, aunque sólo supiera de guerra y tácticas militares, podía aprender nuevas cosas, nunca era tarde para aprender, y su asombrosa persona podía hacerlo.

por **Im Hyung Soo** Vie Jun 28, 2013 12:23 am

— No agradezcas, tío— soltó con indiferencia — No es mi intención ser un buen samaritano, pero me alegra saber que en algo he podido alentarte.

Se sentía un poco cansado, y aún nervioso de ser descubierto por más naciones. Los rumores se difundían como plagas cuando las primicias eran así de calientes, y cómo no, si podían poner su reputación en juego, sobretodo los más chismosos, no se guardarían por mucho tiempo sus palabras.

Quizás acabaría vaciando su vaso de vodka, e instantáneamente, se despediría de Gilbert y correría en busca de algún transporte que funcionara a esas horas y pudiese llevarlo al aeropuerto.

Sí... o tal vez permanecer en la ciudad no era tan mala idea.
Y arriesgarse a encontrar aún más países... ¡Nah!
¿Quién más, aparte de Gilbert, estaría rondando esos lugares?
¿Y podría tener tan mala suerte de encontrar a más conocidos que luego pudiesen testimoniar vergüenzas sobre él...?

Una noche fuera de casa... no era tan mala idea.

Pero ¿Dónde ir?
¿Permanecer allí sería buena idea?

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