Debajo del agua (Privado + 18 Puritanas abstenerse)

Era de noche. Estaba caminando hacia la casa de Sebas con una sonrisa pintada en la cara. El no estaba informado de que yo lo visitaría. Y menos el motivo de mi presencia.
Llegué a su casa y saqué la llave. Me concentre en hacer el menor ruido posible. Cada chirrido de la llave me hacia pensar que todo mi plan se iría abajo como un castillo de cartas. Pero ningún uruguayo gritón se apareció al otro lado.
Entré sin hacer ruido y cruce el recibidor y me fije en el living. Nada. Igual en la cocina. Me sentí tentado en abrir la heladera y fijarme si habia cerveza, pero no quise abusar de mi suerte.
Me saque las zapatillas y comencé a subir las escaleras muy lentamente. La puerta de Sebas estaba entornada. Al acercarme a ella, escuche un ruido monótono que venia desde adentro. Al acercarme un poco mas, reconocí el sonido: era de la ducha. Sebas estaba dándose un baño. Eso era lo mas perfecto de lo que pensaba.
Comencé a desnudarme con mucho cuidado. Cuando se diera cuenta, ya seria demasiado tarde.

Ir a trabajar, salir a comer un chivito y después volver a casa solo con la intención de darme una ducha para poder relajarme en la ducha, para poder cantar alguna canción, en ese momento estaba tarareando Viva la vida, una canción que me estaba gustando pero de la que no me acordaba mucho la letra.

Estaba en la parte del corrito cuando me di vuelta y lo vi al idiota todo desnudo en mi baño, como era de esperar lo tome con mucha con toda la calma del mundo.
- SALI DE ACÁ MISMO O TE JURO QUE TE ROMPO EL CULO A PATADAS - lo dije mientras señalaba la puerta, en serio este tipo es el más pervertido del mundo pero lo sera hasta que lo mate.

¿Que me iba a romper el culo a patadas? Yo le iba a romper el culo, pero de otra manera.
El culo roto aca vas a ser vos le dije
Me metí en la ducha con él y lo aplasté contra la pared. La temperatura del agua era perfecta. En lugar de besarlo en la boca, le levanté la barbilla y le besé el cuello casi como si fuese un vampiro, mientras con un brazo le levantaba una pierna y le acariciaba los muslos mojados que parecían temblar con cada roce de mis manos.
Luego lo solté, me agaché y agarre el jabón. Se lo di en las manos a Sebas.
¿Y? ¿Que esperas para enjabonarme la espalda? lo rete, mientras me daba vuelta y escuchaba los acelerados latidos de mi corazón. Solo ese maldito uruguayo me hacia sentir como un adolescente hormonado.

Sus palabras dulces y totalmente pervertidas me ataco y me beso en el cuello haciendo que me diera un escalosfrio de placer y me quisiera separar antes de terminar teniendo sexo que era para lo único que pareciera que este tipo iba a mi casa o me quisiera ver.

Todas sus caricias era horrendamente excitantes, tengo cuerpo humano aunque no lo sea, y para colmo el muy hijo de puta me mostro el culo, el cual tenia tantas ganas de patear como de hacer mio.
"Mierda me esta contagiando" pense y cuando me dio el jabón, lo deje en su lugar antes de con voz fria decir -Andate o te mato - mierda que me había arruinado el día ese idiota.

Hice un pucherito ante la fría actitud de Sebas.
De acuerdo dije, volviendo a agarrar el jabón Entonces, te voy a enjabonar yo.
Lo tironee hacia mi para sacarlo de la ducha y comencé a enjabonarle el cuello lentamente, seguido de sus brazos. Al ir hacia el pecho, me demore en enjabonarle los pezones, se los acaricie casi con ternura hasta que se pusieron bien duros. Luego pase el jabón por su estomago, cuidando de no hacerle cosquillas. También se lo pasé por las piernas, pero sin tocarle la parte mas tentadora.
Lo di vuelta bruscamente, de cara contra la pared y le llene de besos toda la espalda, antes de enjabonarsela. Al pasársela por su tan sexy, apetecible y violable culo, le metí los dedos y comencé a penetrarlo con ellos una y otra vez, mientras mordisqueaba su oreja.
¿Queres que te haga algo mas le susurré al oído

- No me toques maldito pervertido - dije pero al parecer eso le importo un pedo, porque me empezó a enjabonar, al principio me deje pero eso fue hasta que empezara a acosar mis pezones y ahí trate de empujarlo para que se separa de mi.
Mierda que sabía como tocarme porque no solo los pezones tenia erectos.
Claro que eso no lo paro porque siguió tocándome ignorando la parte que necesitaba ser atendida.
Cuando pensé que no iba a tocarme el hijo de puta metió sus asquerosos dedos en mi mientras me mordía la oreja.
- No, nnnnno hagas eso i i idiota, que...... PARA - mierda que era imposible hablar con él haciendo esas cosas.

No pienso parar nada, uruguayito
Sin variar el ritmo (Aunque me hubiese encantado hacerlo tan fuerte, como para desmayarlo de placer) seguí penetrándolo con los dedos. Sin ninguna sorpresa, note como su pene estaba erecto y listo para satisfacer. Pero no, aun no.
Saque mis dedos de su tentador culo y toque la parte que deseaba ser atendida. Lo hice despacio y con cuidado, para torturarlo.  Mi pene rozaba contra su hermoso culito, sin llegar a penetrarlo.
No te hagas el duro, Sebas, te conozco bien le dije sensualmente al oído. Sin esperar a que terminara, lo solté y salí de la ducha, tomando una toalla y envolviéndome con ella la cintura. Me detuve al pie de la cama de Sebastian y comencé a secarme, dándole la espalda a la puerta del baño. Me hacia el despreocupado, pero estaba atento a cualquier ruido que saliera de allí. Después tenia que hablar muy seriamente con el. Y sentía mucho miedo de lo que podría pasar si se enojaba. De todos modos, cerré los ojos, tirando una plegaria al aire para que Sebas no se riera de mi. Lo ultimo que quería en esta vida era perderlo. Aunque nunca se lo había dicho, Uruguay era mi amigo, mi hermano, mi amante, mi... todo. Y quería saber si el sentia lo mismo por mi.

Era tan maldito el sexy argentino que sabía exactamente como tocarme para volverme loco, era frustraste como su dedo se movía dentro de mio.
Rosaba su maldito pene, mierda por qué no se metía de una puta vez.
- No molestes.... deja de molestar, hace algo - estaba hartándome de todo eso y para colmo el muy maldito se atrevió a salirse del baño y con una decisión que hacía rato que no mostraba fui al cuarto donde estaba el idiota parado cerca de la cama y dandome la espalda por lo que fui atrás de él y abrazándolo por la espalda fui yo el que le hablara al oído - Ahora sos mio, argentinito - tire la toalla al piso y trate de meterme dentro suyo, cosa que estaba demostrando ser más difícil de lo que hubiera planeado pero tenía paciencia como para lograrlo.

Estaba meditando cuando sentí a Sebas abrazándome por la espalda e intentando al parecer, penetrarme como si no hubiera mañana
En tus sueños, uruguayito  le dije, intentando zafarme de el para que no lo hiciera. No iba a dejar que me montara como si yo fuera un caballo. Pensaba que se iba a rendir, cuando, accidentalmente, me tropecé y caí boca abajo encima de la cama, dejándome a mi mismo servido en bandeja de plata y todo para que Sebas hiciera de mi lo que quisiera.
¡Mierda que mis planes no estaban saliendo como yo quería! Yo era el que tenia que hacerlo gritar de placer. Pero yo nunca había sido tomado por nadie, esta seria la primera vez. Quise abrir mi boca para decírselo, pero me callé. Iba a matar el ambiente si me mostraba con un virgen puritano. Un montón de imágenes pervertidas con mi novio me volvieron casi loco de placer... pero no me rendía.
Dudo que puedas satisfacerme, amorcito  le dije, para herirle su orgullo de hombre. A ver como respondía a eso...

Me reí cuando dijera eso de en mis sueños - y planeo cumplirlos ahora mismo querido - mordiéndole la oreja disfrutando del cambio de roles, en serio estaba aburriéndome de que él dominara siempre, no soy débil por mucho que algunos países lo piensen.

Me pareció gracioso cuando se cayera dejando su deliciosa cola al aire, lista para ser penetrada, cuando el maldito me insulto el orgullo me fui acomodando para penetrarlo diciendo, - ahora si que te voy a hacer gritar mi vida, prepárate para pasar el mejor momento de tu vida - para mi eso no fue sexy, fue cursi.

No... tenia que confesarle la verdad. No quería perder mi virginidad asi.
Sebas, yo... Me estaba poniendo rojo, puta madre Soy virgen.
¡Listo! ¡ya lo había dicho! y de seguro había quedado como un idiota. Escondí mi cara entre mis brazos, en parte para que no me viera y en parte para no ver ni escuchar las burlas que se iban a venir encima. No soporto la humillación y menos de alguien a quien amo tanto. Y de seguro ya había matado el romance y todo. Apreté la cara contra el colchón, esperando lo peor.

Estaba realmente decidido a hacerlo mio, en serio y todo se fue al demonio cuando me dijera con una voz que daba pena que era virgen.
Decir que me sorprendió es poco, la verdad es que esperaba que el fan número uno de Francia lo habría hecho más de una vez.
- ¿Te referís a que hasta ahora solo lo hiciste con mujeres? - no recordaba muchos países de sexo femenino pero podría haber sido su primera experiencia una humana.
Algo era seguro esa revelación había matado mi libido seguro.

No, Sebas le respondí, levantando lentamente la cabeza Sos el primero con el que me acosté Al verle la cara me di cuenta de que ya había matado todo. Que día de mierda. Y todo por mi culpa. Gire boca arriba y me senté en la cama. Estaba con el animo por el suelo. Lo único bueno que había pasado era que no se estaba riendo, cosa rara, porque habría jurado que aprovecharía la situación para reírse toda la vida.
No fue buena idea venir, Sebas, ya te arruine la noche le dije Y la verdad, no se ni por que estas conmigo, somos demasiado distintos. No es que seas malo pero yo... no pude seguir hablando.

Con la cabeza gacha me fui a poner el primer pijama que pude agarrar, que era uno de color gris, más que fuera de moda.
Cuando estuve vestido dije - No sabía idiota, yo estaba planeando preguntarte algo pero mejor espero a otro día - la verdad es que tenia planeado pedirle a este idiota que se casara conmigo pero después de lo que acababa de pasar no iba a poder atreverme nunca. Mierda que mala suerte la mía.

Note que me estaba mirando y no muy decidido dije - Si queres irte no te obligo pero no te obligo, aunque yo si quiero que quieras quedarte para que comemos juntos - espere su respuesta, esperando en serio que no se fuera, el anillo estaba en la mesita de noche esperando a que lo sacara para dárselo a el idiota.

No, querido. Preguntame lo que quieras le dije, con una sonrisa debil.
Yo aun seguia desnudo, asi que me dirigi a su armario y comence a vestirme a su lado, con un pijama de el, dandole a entender que me quedaba. Dale, decime que es lo que me ibas a contar, sabes que soy muy curioso le dije, abrazandolo y hundiendo mi cara en su cuello Dale, no seas malo, de seguro te estas vengando porque te deje con las ganas asi comencé a picarlo, para ver si soltaba algo,

Trataba de no mirarlo sintiéndome como el culo por cómo me había portado, en serio amo a ese idiota pero ya no me iba  animar a decirle que se casara conmigo, se iba a reír - Sé que te vas a reír, no puedo preguntarte ahora algo así de importante  -

el idiota siguió insistiendo y cuando dijo que estaba enojado porque me dejo con las ganas no pude más y le grite - CLARO QUE ESTOY ENOJADO POR ESO PERO NO ES SOLO ES - me obligue a calmarme antes de seguir - Como un idiota compre un anillo y me prepare para pedirte que te cases conmigo pero seguro no te interesa - termine de decir yendo a la cocina agradeciendo a Dios de que mi piso estuviera limpio y poder ir descalzo.

Por un momento no pude respirar. Solo me quede mudo, admirando su espalda.
Iba a pedirme matrimonio, aunque de alguna manera, ya me lo habia pedido.
Queria casarse conmigo.
Tenia que decir que se me habia adelantado, porque yo habia tenido la misma idea. Me agache adonde estaba tirado mi pantalon apenas pude reaccionar y meti la mano en el bolsillo. Alli estaba la elegante cajita roja con el anillo. Lo agarre y corri a la cocina. Lo vi y comence a reirme despacio.
Me parece comence a decirle mientras abria la cajita y le mostraba el anillo que los dos tuvimos la misma idea amorcito.

Estaba arruinado, todo se había arruinado, ahora iba a tener que contarle a Pepe como no había podido lograr que se casara conmigo y estaba más que seguro de que no me iba a atrever a pedírselo de vuelta.
Estuve en la cocina mirando a la pared hasta que Tincho entro diciendo que él también había querido que nos casaramos.
- ¿Cuándo tenías pensado preguntármelo, después de que tuviéramos sexo? - me indignaba que su forma fuera poco romántica pero mi declaración se había arruinado, si estaba todo arruinado.

Bueno...si le respondi a Sebas y luego me comence a reir a carcajadas de la cara de indignacion que tenia. Luego, cuando pude parar un poco, le dije Puesto que te me declaraste primero, quedamos como que vos me pediste matrimonio...No pongas esa cara, me chupa un huevo el romanticismo, yo te amo y quiero pasar la eternidad con vos
Si, no era mi mejor discurso, pero era lo unico que tenia para decirle Soy tu amigo, complice, novio y en un futuro tu esposo. Si queres hacer tu declaracion de amor como corresponde, hacelo ahora, pero ya sabes mi respuesta

Lo mire no sabiendo que decir la verdad, era un idiota que se estaba riendo en mi cara - esta bien, si vos queres creer que pensar eso no me importa, espera que ya vuelvo - fui corriendo al cuarto donde encontré mi anillo, la verdad es que lo había puesto en la mesita de luz.

Seguramente mi anillo no era tan fabuloso como el del idiota  pero me había esforzado para elegir uno que le gustara era con una piedra celeste, era lo que para mi era  hermoso.
volví a la cocina rápido, fui a donde estaba y poniéndome de rodillas delante de él y le dije - te quiero como hermano, amigo y hasta futuro esposo, solo quiero que sigamos juntos por el resto de la eternidad y no separarnos - me quede esperando su respuesta sintiéndome como un idiota.

Me quede viendo el anillo, que tenia una piedra celeste. Me la quede mirando, sin atreverme a levantar la vista, porque Sebas veria la lagrima que me estaba resbalando lentamente. Pero tenia que decirselo, asi que levante mi rostro, exponiendome.
Es lo mismo que yo deseo, estar juntos hasta que este planeta reviente en pedazos mi voz temblaba y era conciente de eso... Acepto
Me acerque a Sebas y lo besé en los labios, no con pasion, sino con ternura y amor. Recoste mi cabeza en su hombro y le pase mis manos por la cintura, moviendonos como si estuvieramos en un baile lento, muy lento.

Como se quedo quieto yo pensé que no le había gustado el anillo y ya me imaginaba con el muy maldito tirándolo pero cuando me miro pude ver una lagrima en sus ojos y eso me hizo sentir un enamoramiento que hizo que me pusiera todo rojo y más cuando me beso.

- Gracias ahora solo tenemos que arreglar todo y hacer la fiesta, sé que entre los dos podemos hacer la mejor fiesta que este continente haya visto - esperaba que usando el orgullo de Tincho este dejara de estar tan tierno y volviera a su forma engreída de siempre que como estaba me estaba asustando un poco.

Creo que estaba asustando a mi amado uruguayito, asi quelo bese por sorpresa, lamiendo lentamente su lengua. Al separarnos, lo tome de los cachetes.
¿Del continente? ¡Del mundo, papá, del mundo! le dije, saltando de alegria... ya iba a ver que flor de fiesta iba a hacer. La fiesta mas grande, divertida y grosa del mundo. Todos iban a ser invitados, incluido el estupido de Inglaterra. Total, lo unico que me importaba era estar con Sebas toda la eternidad

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